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Lesa Walton sufrió artritis reumatoide durante años. “Cada vez enfermaba más”, dijo Walton, de 57 años, que vive en Wenatchee, Washington. También tenía alta presión arterial y era obesa. Los médicos le dijeron que hiciera dieta y ejercicio, lo cual hizo sin éxito.


Luego encontró un médico que le recetó Wegovy, un nuevo fármaco contra la obesidad. No sólo perdió más de 20 kilos, dijo; su artritis desapareció y ya no necesitó pastillas para bajar su presión arterial.

Su doctora, Stefie Deeds, internista y especialista en medicina de la obesidad, dijo que Walton ejemplifica un movimiento en la medicina llamado “la obesidad primero”. La idea es tratar la obesidad y a medida que se le controla, dicen los partidarios, las otras enfermedades crónicas del paciente tienden a mejorar o desaparecer.

Como lo expresó Caroline M. Apovian, especialista en medicina de la obesidad en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, “Obtienes la pérdida de peso y se trata la presión arterial alta, el hígado graso, la diabetes, el colesterol alto y los triglicéridos altos”.

Otros se muestran recelosos. Los nuevos medicamentos son caros y muchos de los otros beneficios potenciales no han sido demostrado en estudios rigurosos.

Gordon Guyatt, experto en ensayos clínicos en la Universidad McMaster, en Ontario, dijo que el enfoque prudente es utilizar medicamentos —a menudo genéricos baratos— que han sido bien probados y han demostrado tratar problemas que a menudo acompañan a la obesidad, como alta presión arterial, altos niveles de colesterol, artritis y apnea del sueño.

Susan Z. Yanovski, codirectora de la Oficina de Investigación sobre la Obesidad del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EU, señaló que cuando Novo Nordisk realizó un ensayo clínico de Wegovy en personas con enfermedades cardíacas, las complicaciones cardíacas disminuyeron tempranamente durante el tratamiento, antes de que los pacientes perdieran mucho peso.

Los participantes que tomaron Wegovy y perdieron muy poco peso también tuvieron las mismas mejoras en la función renal que quienes perdieron mucho. Un estudio reciente realizado por Novo Nordisk que probó Ozempic en personas con diabetes y enfermedad renal encontró lo mismo: la función renal se conservó mejor en el grupo que tomó Ozempic, un efecto que fue independiente de la pérdida de peso.

Una gran parte del efecto puede ser la capacidad de los medicamentos para reducir la inflamación, dijo Daniel Drucker, investigador de obesidad en el Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum del Hospital Mount Sinai, en Toronto, quien estuvo involucrado en el descubrimiento de los nuevos medicamentos y es consultor para las empresas que los fabrican.

Novo Nordisk descubrió en otro ensayo clínico que Wegovy mejoraba el funcionamiento físico —como la capacidad de hacer ejercicio— en personas con diabetes e insuficiencia cardíaca. Eli Lilly descubrió que Zepbound puede ayudar con la apnea del sueño. Otros ensayos en marcha están probando medicamentos contra la obesidad como tratamientos para la depresión, la adicción, la esquizofrenia, el mal de Parkinson y el mal de Alzheimer.

Pero algunos recomiendan cautela hacia los tratamientos de “la obesidad primero”, incluyendo representantes de Eli Lilly y Novo Nordisk, diciendo que es prudente esperar los resultados clínicos.

Scott Hagan, médico de atención primaria en Seattle, practica un enfoque de “la obesidad al final”.

Si un paciente llega con obesidad y dolencias relacionadas con la obesidad, comienza por tratar los problemas relacionados con medicamentos que sabe que pueden funcionar. Sólo si los problemas relacionados no mejoran, hablará de la posibilidad de probar los medicamentos para la obesidad, dijo Hagan.

Las personas con obesidad, añadió, tienden a tener un largo historial de relaciones tensas con médicos que las culpan por su peso.

“Mi prioridad es establecer confianza en una relación”, dijo.


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