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Cuando nace un bebé siempre comienza una nueva etapa. Un momento para el que toda familia debe prepararse, planificar, aprender, acomodar el hogar… Ya sea el primero o haya hermanos en casa, un bebé recién llegado siempre abre paso a nuevas aventuras y, a las puertas del verano, a las particularidades de vivir un posparto se suman las altas temperaturas y las rutinas diferentes. Muchas madres, especialmente las primerizas, se preguntan si pueden o no hacer planes con los bebés, si se les puede llevar a la playa y en qué condiciones, cómo hay que hidratarlos o protegerlos del sol y, sobre todo, del calor. Sin dejar de lado, que ella necesita cuidarse también.

“Cuando llega el verano, muchas mujeres tienen dudas acerca de los cuidados, así como de la elección de la infraestructura que hay que tener, tanto si uno se queda en casa como si se viaja, en cuyo caso hay que tener más planificación”, explica Belén Marinone, asesora personal de futuras mamás y babyplanner. Marinone recuerda que, al trabajar con futuras mamás y papás, es importante hacer un buen análisis sobre esas necesidades particulares y esos cambios que tendrán que gestionar con las altas temperaturas. “¿Qué tener en cuenta? ¿Cómo organizar el día? ¿Cómo controlar la temperatura de casa? ¿Cómo vestir al bebé?, son algunas de las dudas que pueden surgir”, agrega la experta.

Una de las claves para poder gestionar el posparto es anticiparse. “Cuando se vive en la época de verano es fundamental ser conscientes de que seguramente habrá que enfrentarse a ciertas incomodidades extras”, sostiene Marinone. “Y es cierto que tener a un recién nacido en brazos con altas temperaturas es incómodo. La sensación de agobio y el necesitar más espacio personal pueden hacerse más notorios”, prosigue la experta, “en este sentido, buscar ayuda extra, intentar contar con más manos para cuidar a al bebé e incluso gestionar mayor apego desde el comienzo con el papá pueden ser claves para el bienestar de la madre y el bebé”.

Otro de los factores a tener en cuenta es que probablemente las mamás pasen mucho más tiempo en casa de lo que lo harían en otra época del año. “Salir a dar un paseo con un recién nacido entre las doce y las siete de la tarde en invierno puede ser estupendo, pero en verano, impensable”, incide Marinone. “Por tanto, la sensación que vivirá la mamá muy probablemente será que la casa se le viene encima”, puntualiza. En este sentido, explica que resultará fundamental construir una rutina en la que la mamá y el bebé puedan dar un paseo todos los días a última hora de la tarde: “Esto contribuirá a que puedan tomar el aire, recargarse de energía, estirar las piernas y moverse cada día”.

La temperatura de casa es otro factor a tener en cuenta. “Hay una creencia que dice que con un recién nacido no se puede tener aire acondicionado encendido cuando en realidad no tiene por qué ser así”, continúa Marinone, que añade que controlar un ambiente fresquito es mucho más beneficioso para el recién nacido, “aunque es importante controlar que no reciba un chorro de aire directo”. La temperatura ideal del hogar en verano debería estar cerca de los 22 grados centígrados, según explica. “También será crucial tener la precaución de ventilar. Muchas veces por temor a subir la temperatura mantenemos demasiado cerrados los ambientes. Bajar persianas para que no entre el sol directo y dejar circular el aire son siempre buenos consejos”, añade.

La sensación de agobio y el necesitar más espacio personal pueden hacerse más notorios en verano. Lo mejor es buscar ayuda extra, intentar contar con más manos. WANDER WOMEN COLLECTIVE (Getty Images)

Tanto bebé como mamá deben estar lo más cómodos posible. “Es una etapa para ir bien ligeros, si eso significa que el bebé vaya únicamente en pañal, ya habrá tiempo para lucir modelitos, y si hemos hecho bien los deberes, no contaremos con gran cantidad de ropa en verano (ya que usan mucho menos que en otras épocas del año). Además, es bueno darse baños más seguidos, en el caso de la mamá todas las veces que ella sienta que lo necesita y en el caso del bebé hacer baños con agua más de una vez al día (sin productos de higiene para cuidar su pH natural) no será un problema si con esto se siente más cómodo”, sostiene. “Las hormonas y el comienzo de la lactancia pueden provocar sofocos en cualquier época del año, pero se sentirá más intenso en verano. Vestir cómoda, estar ligera, beber mucha agua y comer alimentos frescos y sanos también ayudarán a sobrellevar estos días”, recomienda Marinone.

Elena Labarga, pediatra del centro de salud de Numancia (Madrid), recuerda que los recién nacidos pueden acoplarse perfectamente a los planes de playa y montañas si los cuidados oportunos son los correctos. “Aunque es verdad que los pediatras recomendamos en consulta no llevarlos hasta el mes de vida a la playa, pero más por precaución que porque no se deba”, puntualiza. “Lo que sí hay que hacer es llevarlos con ropa de algodón, con tirantes o manga corta y no sobreabrigarlos. Los bebés regulan mal la temperatura, pero también pasan calor y eso se ve perfectamente observando su cabeza, que es donde más suda”, agrega.

Labarga recuerda que es importante protegerlos con un gorro de algodón y en la sombra, evitar siempre la exposición directa al sol y no poner antes de los seis meses protección solar física: “Además, es fundamental la hidratación del bebé. Cabe recordar que cuando el recién nacido está con lactancia no precisa tomar agua porque la leche materna tiene todas las propiedades nutricionales que requiere”. Sin embargo, puntualiza la médica, “si toma biberón, se les puede ofrecer agua, pero si la rechaza, no insistir”. Y recordad siempre que si son menores de tres meses es mejor no sumergirlos en el agua del mar o de la piscina porque está demasiado fría para ellos.

Hacer unas vacaciones en el posparto inmediato (3 o 4 meses tras el nacimiento) puede ser una forma perfecta de ayudar a la mamá a sentirse mejor siempre y cuando se piense y organice bien. “Es fundamental tener en cuenta el destino, que sea un lugar espacioso, cómodo y fresco; el medio de transporte, también cómodo y accesible; en el que pueda simplemente descansar, cambiar de aire, vivir una experiencia sin la presión de tener que hacer turismo, salir si no apetece o cumplir compromisos”, añade la experta.

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