A un poco más de dos semanas de que diera inicio el nuevo modelo de salud de los maestros, los constantes problemas en la atención y acceso a los servicios médicos denunciados por miles de profesores, el Gobierno se vio obligado a lanzar un salvavidas.
Y es que ante esta contingencia, el Fomag emitió el viernes la circular 002, en la cual autoriza a que todas las IPS del país, públicas o privadas, puedan atender a los maestros y sus familias sin restricción, incluso si dichas IPS no han sido contratadas por el Fomag.
La situación no solo tiene en alerta a los más de 800.000 afiliados del Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag), sino que ya se ha hecho imposible disimular por parte del mismo fondo y la Fiduprevisora, entidad encargada de administrar los recursos y, en el nuevo modelo, de contratar y pagar directamente a las IPS.
En diálogo con EL TIEMPO, el Fomag no solo reconoció que las denuncias hechas por los profesores son reales, sino que identificó las quejas que, hasta el momento, son las más frecuentes por parte del magisterio.
“Antes del 1 de mayo el modelo era totalmente reducido, cada operador definía la red. Cuando se abre la red logramos tener más de 4.000 IPS. Pero, al ser una transición, la situación ha generado desconocimiento por parte de los afiliados y algunos inconvenientes en la prestación del servicio”, señaló el Fomag.
Y agregó: “Los principales motivos de contacto del usuario, son coherentes: Autorizaciones sin respuesta para hospitales y para IPS (medicamentos, cirugías, citas de especialidades), medicamentos no entregados e IPS que no los atienden”.
Desde Fecode, sindicato que, junto al Gobierno creó el nuevo modelo, algunas figuras han salido a cuestionar que, pese a que ese modelo lleva ya dos semanas, ya que se advirtió de los problemas que tendría que fuera implementado desde el 1 de mayo, a solo un mes de que se anunciara el cambio, todavía no existe una solución definitiva.
Miles de maestros y sus familias continúan denunciando cirugías y citas médicas canceladas, medicamentos vitales no entregados, y falta de atención.
Victoria Avendaño, del comité ejecutivo de Fecode, que ha sido crítica con el modelo dice que “Hubo improvisación total. No hubo discusión ni el tiempo suficiente. Sí hubo una aprobación institucional de Fecode, pero yo misma voté en contra, no porque no necesitemos el cambio, sino porque el proceso no se llevó de la manera correcta, con la debida anticipación en términos de contratación, que en verdad asegurara la prestación de los servicios. Con la crisis que los maestros estamos viviendo, se hace evidente que no se hizo el trámite como debería ser”.
REDACCIÓN EDUCACIÓN
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