Este domingo falleció, a los 86 años, Edgardo Young, referente argentino en ginecología y medicina reproductiva y Maestro de la Medicina Argentina. Ocupaba el sitial dedicado a la especialidad en la Academia Argentina de Medicina (ANM).
Young había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 4 de julio de 1937. A los 23 años, egresó con el título de médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y realizó la residencia en el Hospital de Clínicas. En 1969, obtuvo el título de especialista en ginecología y, en 1973, completó el doctorado en Medicina.
Ese año, y hasta 1985, fue jefe del Departamento de Fertilidad Femenina de la 1° Cátedra de Ginecología de la UBA.
Mientras trabajaba en el Hospital de Clínicas, en la década del 70, fue el primer médico en el mundo en inducir la ovulación en mujeres estériles, pero que ovulaban, para poder obtener óvulos de mayor calidad cuando aún no se hablara de la técnica de fertilización in vitro (FIV). Eso permitió, como lo explicaría a sus discípulos, desde sincronizar el momento fértil hasta aumentar las chances de lograr un embarazo, pero sin aumentar las gestaciones múltiples. Los resultados inéditos obtenidos con un grupo de colegas fueron publicados en 1981 en la revista Reproducción.
Pasó, luego, a la actividad privada: fundó el Instituto de Ginecología y Fertilidad IFER, donde fue director médico durante los últimos 39 años y siguió trabajando hasta la semana pasada. La noticia de su deceso, ayer, tomó por sorpresa a colegas y allegados con los que se comunicó LA NACIÓN.
Fue pionero en lograr embarazos en el país con distintas técnicas de reproducción asistida que se comenzaban a utilizar en el exterior. Puso a disposición el instituto que había creado para llevar adelante con Ramiro Quintana, colega y discípulo, y Fabiana García, del equipo del infectólogo Daniel Stamboulian, un estudio multicéntrico para lograr el embarazo en parejas VIH serodiscordantes sin que la mujer o el bebé contrajera el virus. Con el protocolo clínico diseñado, el equipo trató en dos años alrededor de 300 mujeres.
“La Argentina estuvo a la vanguardia en técnicas de reproducción asistida por maestros como Edgardo Young”, repasó Quintana. Juntos, también publicaron el libro El óvulo como paciente (2014).
El nexo de Young con la universidad donde se formó se mantuvo en el tiempo: en 2005 fue designado Profesor Consulto de Ginecología. Fue, también, miembro de asociaciones profesionales y sociedades científicas de la especialidad en el país y el exterior, con más de doscientas presentaciones en congresos médicos y publicaciones en revistas con revisión de pares y más de treinta premios por las técnicas que desarrolló y refinó para mejorar los resultados en la práctica de la medicina reproductiva. Entre 1989 y 1991, presidió la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer).
La ANM le concedió el sitial 33 de la especialidad Ginecología y Medicina Reproductiva a partir del 23 de octubre de 2014. Su nombre se sumó, en 2017, a la lista de galardonados por La Prensa Médica Argentina como Maestro de la Medicina Argentina.
Su opinión era frecuentemente citada frente a un avance de la medicina en reproducción o algún tema de controversia, sea médico como social, del país o en el exterior. Durante el debate en el Congreso de la Nación por la despenalización del aborto, le puso voz al documento de posición que en ese momento fijó la ANM.
En medio de discusiones públicas sobre principios de la biología y la práctica profesional, con cifras cruzadas de prácticas no registradas, definió la objeción de conciencia como “un derecho inalienable que tienen los profesionales” y explicó por qué principios del juramento hipocrático entraban en conflicto “en cierto punto” con la interrupción del embarazo que debatían los legisladores.
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